¿Qué es el efecto Mandela?

¿Conoces el efecto Mandela? Es uno de los casos más claros de que no siempre lo que recordamos es real. Te lo contamos.
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El efecto Mandela sigue siendo objeto de acalorados debates, a pesar de que existen pruebas razonables de que es más probable que se explique en términos de la falibilidad de la memoria humana que de alguna forma de universos paralelos en funcionamiento.

¿Qué es el efecto Mandela?

El efecto Mandela se refiere a una situación en la que una gran masa de personas cree que un evento ocurrió cuando no fue así.

Examinar el origen del efecto Mandela, algunos ejemplos famosos, así como algunas posibles explicaciones de esta extraña confluencia de percepciones puede ayudar a arrojar luz sobre este singular fenómeno.

Los orígenes del efecto Mandela

El término «efecto Mandela» fue acuñado por primera vez en 2009 por Fiona Broome, cuando creó un sitio web para detallar su observación del fenómeno. Broome se encontraba en una conferencia hablando con otras personas sobre cómo recordaba la tragedia de la muerte del expresidente sudafricano Nelson Mandela en una prisión de Sudáfrica en la década de 1980.
Sin embargo, Nelson Mandela no murió en la década de 1980 en una prisión, sino en 2013. Cuando Broome empezó a hablar con otras personas sobre sus recuerdos, se dio cuenta de que no estaba sola. Otros recordaban haber visto la cobertura de su muerte en las noticias, así como un discurso de su viuda.
A Broome le sorprendió que una masa tan grande de personas pudiera recordar con tanto detalle el mismo suceso idéntico cuando nunca ocurrió. Animada por el editor de su libro, creó su sitio web para hablar de lo que llamó el Efecto Mandela y otros incidentes similares.

Ejemplos notables del efecto Mandela

La historia de Nelson Mandela no es el único ejemplo de este tipo de falsa memoria de grupo. A medida que el concepto del Efecto Mandela crecía junto con el sitio web de Broome, comenzaron a surgir otros falsos recuerdos grupales.

Enrique VIII comiendo una pata de pavo

La gente recordaba un cuadro de Enrique VIII comiendo una pata de pavo, aunque nunca ha existido tal cuadro. Sin embargo, se han creado caricaturas similares.

Luke, yo soy tu padre

Si viste Star Wars: Episodio V-El Imperio Contraataca, probablemente recuerdes a Darth Vader pronunciando la famosa frase: «Luke, soy tu padre».
Te sorprenderá saber, entonces, que la frase era en realidad: «No, yo soy tu padre». La mayoría de la gente recuerda que la frase era lo primero y no lo segundo.

Oscar Mayer

Existe cierta controversia sobre la ortografía de la famosa marca de perritos calientes Oscar Mayer weiners. Algunas personas afirman recordar que la marca se escribía «Meyer» en lugar de «Mayer» (la ortografía correcta).

Ubicación de Nueva Zelanda

¿Dónde está Nueva Zelanda en relación con Australia? Si miras un mapa, verás que está al sureste del país. Sin embargo, hay una comunidad de personas que afirman recordar que Nueva Zelanda está al noreste en lugar de al sureste.

Osos Berenstein

La famosa serie de libros infantiles «Los Osos Berenstain» no es inmune al efecto Mandela. Mucha gente dice recordar el nombre de los Osos Berenstein (escrito con una «e» en lugar de una «a»).
Esto es similar al asunto de Oscar Mayer e insinúa que tal vez haya una razón cognitiva subyacente para el Efecto Mandela en lugar de realidades paralelas, como creen algunas personas.

Shazaam

Uno de los ejemplos más conocidos del Efecto Mandela es el recuerdo colectivo de una película llamada «Shazaam» que protagonizó el actor y comediante Simbad en los años 90.
De hecho, no existe tal película, aunque sí hubo una película infantil llamada Kazaam y algunas otras coincidencias que podrían ayudar a explicar cómo se creó (o recordó) esta película en la mente de muchas personas.

Pikachu

Mucha gente dice recordar a Pikachu, un personaje de Pokémon, como si tuviera una cola con puntas negras. En realidad, el personaje siempre ha tenido una cola amarilla sólida.

Mickey Mouse

Puede que Mickey Mouse sea el personaje de dibujos animados más famoso del mundo, pero incluso el célebre ratón de Disney suele ser mal recordado por los aficionados. La gente suele decir que el personaje lleva tirantes cuando no es así.

Explicaciones del efecto Mandela

¿Por qué se produce este efecto? Exploremos.

Falsos recuerdos

Una explicación más probable del efecto Mandela tiene que ver con los falsos recuerdos.1 Antes de considerar qué se entiende por falsos recuerdos, veamos un ejemplo del efecto Mandela, ya que nos ayudará a entender cómo la memoria puede ser defectuosa (y puede conducir al fenómeno que estamos describiendo).
¿Quién era Alexander Hamilton? La mayoría de los estadounidenses aprendieron en la escuela que fue un padre fundador de los Estados Unidos de América, pero que no fue presidente. Sin embargo, cuando se les pregunta por los presidentes de los Estados Unidos, muchas personas creen erróneamente que Hamilton fue un presidente. ¿Por qué?
Si consideramos una explicación sencilla de la neurociencia, el recuerdo de Alexander Hamilton está codificado en una zona del cerebro donde se almacenan los recuerdos de los presidentes de Estados Unidos. El medio por el que se almacenan las huellas de la memoria se llama engrama y el marco en el que se asocian los recuerdos similares se llama esquema.
Así que cuando la gente intenta recordar a Hamilton, esto pone en marcha las neuronas en estrecha conexión entre sí, trayendo consigo el recuerdo de los presidentes. (Aunque esta es una explicación demasiado simplificada, ilustra el proceso general).
Cuando los recuerdos se rememoran, en lugar de recordarse perfectamente, se ven influidos hasta el punto de que pueden llegar a ser incorrectos. De este modo, la memoria es poco fiable y no infalible.

Confabulación

La confabulación consiste en que tu cerebro rellena los huecos que faltan en tus recuerdos para darles más sentido. No se trata de mentir, sino de recordar detalles que nunca sucedieron. La confabulación tiende a aumentar con la edad.

Información engañosa después del evento

La información que se obtiene después de un suceso puede cambiar el recuerdo de éste. Esto incluye información sutil sobre el evento y ayuda a explicar por qué el testimonio de los testigos oculares puede ser poco fiable.

Priming

La imprimación describe los factores que preceden a un acontecimiento y que afectan a nuestra percepción del mismo. También llamado sugestionabilidad y presuposición, el priming es la diferencia entre preguntar cuán baja es una persona o cuán alta es. Decir: «¿Has visto el coche negro?» en lugar de «… un coche negro?» supone una sutil sugestión que influye en la respuesta y el recuerdo.
En esencia, los recuerdos son fragmentos de información vulnerables almacenados en el cerebro que pueden cambiar con el tiempo. Aunque suponemos que nuestros recuerdos son precisos, no es necesariamente así.

Realidades alternativas

Una de las teorías en las que se basa el efecto Mandela tiene su origen en la física cuántica y se refiere a la idea de que, en lugar de una línea de tiempo de los acontecimientos, pueden tener lugar realidades o universos alternativos que se mezclan con nuestra línea de tiempo.5 En teoría, esto daría lugar a que grupos de personas tuvieran los mismos recuerdos porque la línea de tiempo se ha alterado al cambiar entre estas diferentes realidades.
No eres el único que piensa que esto suena irreal. Por desgracia, la idea de las realidades alternativas es infalsificable, lo que significa que no hay manera de refutar que estos otros universos no existen realmente.
Por eso una teoría tan descabellada sigue ganando adeptos entre las comunidades del efecto Mandela. No se puede demostrar que no sea real, así que no se puede descartar la posibilidad de que lo sea. Para muchas personas, la emoción de un poco de misterio en la vida cotidiana también es probable que entre en juego.

Recapitulación

Aunque la noción de realidades alternativas puede resultar atractiva por su aire de misterio, muchos ejemplos del efecto Mandela se deben probablemente a algún tipo de mal recuerdo colectivo. Recordar información de forma incorrecta es, de hecho, bastante común. Un estudio reveló que el 76% de las personas cometen algún tipo de error cuando se les pide que recuerden información.

El impacto de Internet

No hay que subestimar el papel de Internet para influir en la memoria de las masas. Probablemente no sea una coincidencia que la consideración del efecto Mandela haya crecido en esta era digital.
Internet es un poderoso medio de difusión de información, y con esta difusión de información surge la posibilidad de que los conceptos erróneos y las falsedades ganen terreno. La gente empieza a crear comunidades en torno a estas falsedades y lo que antes estaba en la imaginación empieza a parecer real.
De hecho, en un amplio estudio de más de 100.000 noticias comentadas en Twitter, realizado durante un periodo de 10 años, se demostró que los bulos y los rumores ganaban siempre a la verdad en un 70%. Esto tampoco fue el resultado de la manipulación o de los bots: las cuentas verificadas de personas reales se encargaron de difundir la información falsa a un ritmo mucho mayor que la verdad.
Esta noción de la rapidez con la que se difunde la información falsa en Internet podría ayudar a explicar el efecto Mandela.
A medida que cada persona aporta su propia experiencia o recuerdo de un acontecimiento, esos falsos recuerdos podrían afectar a la memoria de otras personas, haciéndolas recordar los acontecimientos de la misma manera.
Por ejemplo, Simbad protagonizó otras películas en los años 90 y apareció en un cartel de la película «Houseguest» saliendo de un buzón (su aspecto era similar al de un genio, lo que podría explicar la asociación con la película «Shazaam»). Simbad también se disfrazó de genio para un evento que organizó en la década de 1990.
Cuando una persona mencionó esta película «Shazaam» (probablemente en Internet), alteró los recuerdos de otras personas que trataron de recordar las películas que hizo Simbad en los años 90. Las comunidades en línea difundieron esta información hasta que pareció ser un hecho.
Esta explicación se apoya en la evidencia de que recordar algo repetidamente aumenta la confianza en el recuerdo, aunque éste se vuelva más inexacto con el tiempo. A medida que más y más personas proporcionan detalles incorrectos, éstos se incorporan a los recuerdos de otras personas como hechos y refuerzan su convicción de que son correctos.