Las cinco etapas del duelo

Es importante recordar que cada persona afronta la pérdida de forma diferente. Si bien es posible que experimente las cinco etapas del duelo, también es posible que le resulte difícil clasificar sus sentimientos en alguna de las etapas. Tenga paciencia con usted mismo y con sus sentimientos al afrontar la pérdida.
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Las cinco etapas del duelo - bien de mente

Tabla de contenidos

Si tú o un ser querido estáis afrontando una pérdida, puede ser útil aprender más sobre el proceso de duelo. Aquí compartimos las 5 etapas del duelo, junto con algunas formas de ayudar a alguien que está de duelo después de una muerte o una ruptura.

Es importante recordar que el proceso de duelo puede ser complejo y no es igual para todos. Es posible que estos pasos no se sigan con exactitud, o que otros sentimientos afloren después de pensar que se han superado las etapas del duelo. Dejar espacio para experimentar el duelo a tu manera puede ayudarte a sanar después de la pérdida.

Las 5 etapas del duelo

Las 5 etapas del duelo es una teoría desarrollada por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. Sugiere que pasamos por cinco etapas distintas tras la pérdida de un ser querido.

Cada persona es única, pero segun Kübler-Ross, las cinco etapas del duelo son:

  • Negación
  • Ira
  • Negociación
  • Depresión
  • Aceptación

Vamos a ver ahora en detalle cada una de las 5 etapas:

Negación

En la primera etapa del proceso de duelo, la negación nos ayuda a minimizar el dolor abrumador de la pérdida. Mientras procesamos la realidad de nuestra pérdida, también intentamos sobrevivir al dolor emocional. Puede ser difícil creer que hemos perdido a una persona importante en nuestras vidas, especialmente cuando podemos haber hablado con ella la semana anterior o incluso el día anterior.

Durante esta etapa del duelo, nuestra realidad ha cambiado por completo. Nuestra mente puede tardar en adaptarse a nuestra nueva realidad. Reflexionamos sobre las experiencias que hemos compartido con la persona que hemos perdido y puede que nos preguntemos cómo seguir adelante en la vida sin esa persona.

Hay mucha información que explorar y muchas imágenes dolorosas que procesar. La negación intenta ralentizar este proceso y llevarnos paso a paso, en lugar de arriesgarnos a sentirnos abrumados por nuestras emociones.

La negación no es sólo un intento de fingir que la pérdida no existe. También intentamos asimilar y comprender lo que está ocurriendo.

Ira

La segunda etapa del duelo es la ira. Estamos tratando de adaptarnos a una nueva realidad y es probable que experimentemos un malestar emocional extremo. Hay tanto que procesar que la ira puede parecer que nos permite una salida emocional.

Hay que tener en cuenta que la ira no requiere que seamos muy vulnerables. Sin embargo, puede parecer más aceptable socialmente que admitir que tenemos miedo. La ira nos permite expresar las emociones con menos miedo a ser juzgados o rechazados.

La ira también suele ser lo primero que sentimos cuando empezamos a liberar las emociones relacionadas con la pérdida. Esto puede hacer que nos sintamos aislados en nuestra experiencia. También puede hacer que seamos percibidos como inaccesibles por los demás en momentos en los que podríamos beneficiarnos del consuelo, la conexión y la tranquilidad.

Negociación

Cuando se afronta una pérdida, no es raro sentirse tan desesperado que se está dispuesto a hacer cualquier cosa para aliviar o minimizar el dolor. Durante esta etapa del duelo, puedes intentar negociar para cambiar la situación, aceptando hacer algo a cambio de que te alivien el dolor que siente.

Cuando se empieza a negociar, a menudo dirigimos nuestras peticiones a un poder superior, o a algo más grande que nosotros que puede ser capaz de influir en un resultado diferente. El regateo durante el proceso de duelo puede presentarse en forma de una variedad de promesas, incluyendo:

  • «Dios, si puedes curar a esta persona, daré un giro a mi vida».
  • «Prometo ser mejor si dejas vivir a esta persona».
  • «No volveré a enfadarme si consigues evitar que se muera o me abandone».

En esta etapa de duelo existe una aguda conciencia de nuestra humanidad; cuando nos damos cuenta de que no hay nada que podamos hacer para influir en el cambio o crear un resultado final mejor.

El regateo surge de un sentimiento de impotencia y nos da una sensación de control sobre algo que parece estar fuera de control. Durante el regateo, tendemos a centrarnos en nuestros defectos o arrepentimientos personales. Es posible que miremos hacia atrás en nuestras interacciones con la persona que estamos perdiendo y que nos fijemos en todas las veces que nos hemos sentido desconectados o que le hemos causado dolor.

Es habitual recordar momentos en los que hemos dicho cosas que no queríamos y desearíamos poder volver atrás y comportarnos de forma diferente. A veces también suponemos que si las cosas hubieran sido diferentes, no estaríamos en un lugar tan doloroso emocionalmente en nuestras vidas.

Depresión

Durante nuestra experiencia de procesar el duelo, llega un momento en que nuestra imaginación se calma y empezamos a ver lentamente la realidad de nuestra situación actual. El regateo deja de ser una opción y nos enfrentamos a lo que está sucediendo.

En esta etapa del duelo, empezamos a sentir la pérdida de nuestro ser querido de forma más abundante. Nuestro pánico empieza a remitir, la niebla emocional comienza a despejarse y la pérdida se siente más presente e inevitable.

En esos momentos, tendemos a encerrarnos en nosotros mismos a medida que aumenta la tristeza. Es posible que nos encontremos retraídos, menos sociables y que nos acerquemos menos a los demás para contarles lo que estamos pasando. Aunque se trata de una etapa muy natural en el proceso de duelo, lidiar con la depresión tras la pérdida de un ser querido puede ser extremadamente aislante.

Si tú o un ser querido estáis luchando contra la depresión, ponte en contacto con un especialista de la salud mental.

Aceptación

La última de las 5 etapas del duelo es la aceptación. Cuando llegamos a un lugar de aceptación, no es que ya no sintamos el dolor de la pérdida. En cambio, ya no nos resistimos a la realidad de nuestra situación y no luchamos por hacerla diferente.

La tristeza y el arrepentimiento pueden seguir estando presentes en esta fase. Pero las tácticas de supervivencia emocional de la negación, la negociación y la ira son menos probables durante esta fase del proceso de duelo.

¿Cuánto duran las etapas del duelo?

No hay un período de tiempo específico para ninguna de estas etapas. Una persona puede experimentar las etapas rápidamente, por ejemplo en cuestión de semanas, mientras que otra puede tardar meses o incluso años en pasar por las etapas del duelo. El tiempo que te lleve pasar por estas etapas es perfectamente normal.

Al considerar las 5 etapas del duelo, es importante tener en cuenta que las personas hacen el duelo de manera diferente. Por lo tanto, tú puedes o no pasar por cada una de estas etapas o experimentarlas en otro orden. Las líneas de las etapas del proceso de duelo son a menudo borrosas. También podemos pasar de una etapa a otra y posiblemente volver a ella antes de pasar completamente a una nueva etapa.

Tu dolor es único para ti, tu relación con la persona que has perdido es única, y el procesamiento emocional puede ser diferente para cada persona. Tómate el tiempo que necesites y elimina cualquier expectativa de cómo deberías actuar mientras trabajas en el proceso de duelo.

Modelos adicionales del proceso de duelo

Aunque las 5 etapas del duelo desarrolladas por Elisabeth Kübler-Ross se consideran uno de los modelos más fácilmente reconocibles de la pena y el duelo, también hay otros modelos que deben considerarse. Cada uno de ellos trata de explicar cómo se puede percibir y procesar el duelo.

Estos modelos pueden proporcionar una mayor comprensión a las personas que sufren la pérdida de un ser querido. También pueden ser utilizados por los profesionales de la sanación, ayudándoles a proporcionar una atención eficaz a las personas en duelo que buscan una orientación informada.

Las cuatro fases del duelo

El legendario psicólogo John Bowlby centró su trabajo en la investigación del apego emocional entre padres e hijos. Desde su punto de vista, las experiencias tempranas de apego con personas importantes en nuestras vidas, como los cuidadores, ayudan a conformar nuestra sensación de seguridad, protección y conexiones.

El psiquiatra británico Colin Murray Parkes desarrolló un modelo de duelo basado en la teoría del apego de Bowlby, sugiriendo que hay cuatro fases de duelo cuando se experimenta la pérdida de un ser querido:

  • Conmoción y aturdimiento: La pérdida en esta fase parece imposible de aceptar. Muy relacionada con la etapa de negación de Kübler-Ross, nos sentimos abrumados al tratar de hacer frente a nuestras emociones. Parkes sugiere que en esta fase también se experimenta angustia física, que puede dar lugar a síntomas somáticos o físicos.
  • Anhelo y búsqueda: A medida que procesamos la pérdida en esta fase del duelo, podemos empezar a buscar consuelo para llenar el vacío que ha dejado nuestro ser querido. Podemos hacerlo reviviendo recuerdos a través de fotos y buscando señales de la persona para sentirnos conectados a ella. En esta fase, nos preocupamos mucho por la persona que hemos perdido.
  • Desesperación y desorganización: En esta fase podemos cuestionarnos y sentirnos enfadados. La comprensión de que nuestro ser querido no va a volver se siente como algo real, y podemos tener dificultades para entender o encontrar esperanza en nuestro futuro. Podemos sentirnos un poco sin rumbo durante esta parte del proceso de duelo y alejarnos de los demás mientras procesamos nuestro dolor.
  • Reorganización y recuperación: En esta fase, nos sentimos más esperanzados de que nuestro corazón y nuestra mente puedan restablecerse. Al igual que en la etapa de aceptación de Kübler-Ross, la tristeza o la añoranza por nuestro ser querido no desaparece. Sin embargo, avanzamos hacia la curación y volvemos a conectar con otros para obtener apoyo, encontrando pequeñas formas de restablecer cierta normalidad en nuestra vida cotidiana.

Modelo de 7 etapas del duelo

Algunos sugieren que hay siete etapas en el duelo en lugar de sólo cuatro o cinco. Este modelo más complejo del proceso de duelo implica experimentar:

  • Conmoción y negación. Tanto si la pérdida se produce de forma repentina como si se avisa con cierta antelación, es posible experimentar un shock. Te sientes emocionalmente insensible y puedes negar la pérdida.
  • Dolor y culpa. Durante esta etapa del duelo, el dolor de la pérdida comienza a manifestarse. También puedes sentirte culpable por necesitar más de la familia y los amigos durante este momento emocional.
  • Ira y negociación. Puedes arremeter contra tus seres queridos o enfadarte contigo mismo. O puedes intentar «negociar» con un poder superior, pidiendo que te quiten la pérdida a cambio de algo de tu parte.
  • Depresión y soledad. Al reflexionar sobre su pérdida, puedes empezar a sentirte deprimido o solo. Es en esta etapa del duelo cuando empiezas a darte cuenta de la realidad de tu pérdida.
  • El giro hacia arriba. Comienzas a adaptarte a tu nueva vida y la intensidad del dolor que sientes por la pérdida empieza a reducirse. En este punto del proceso de duelo, puedes notar que te sientes más tranquilo.
  • Reconstrucción y elaboración. Esta etapa del duelo implica tomar medidas para seguir adelante. Empiezas a reconstruir tu nueva normalidad, resolviendo los problemas creados por la pérdida.
  • Aceptación y esperanza. En esta etapa final del proceso de duelo, empiezas a aceptar la pérdida y a sentir esperanza por lo que pueda traer el mañana. No es que todos los demás sentimientos hayan desaparecido, sino que los has aceptado y estás preparado para seguir adelante.

Cómo ayudar a alguien que está de duelo

Puede ser difícil saber qué decir o hacer cuando alguien ha sufrido una pérdida. Hacemos todo lo posible para ofrecer consuelo, pero a veces nuestros mejores esfuerzos pueden parecer inadecuados e inútiles.

He aquí algunos consejos para tener en cuenta si un ser querido está pasando por las etapas del duelo:

  • Evita rescatar o arreglar. En un intento de ser útiles, podemos ofrecer comentarios edificantes y esperanzadores o incluso humor para tratar de aliviar su dolor o «arreglarlo». Aunque la intención es buena, este enfoque puede hacer que las personas sientan que su dolor no es visto, escuchado o válido.
  • No forzar. Es posible que queramos ayudar y que la persona se sienta mejor, por lo que creemos que empujarla a hablar y procesar sus emociones antes de que esté realmente preparada la ayudará más rápidamente. Esto no es necesariamente cierto y puede ser un obstáculo para su curación.
  • Hazte accesible. Ofrece un espacio para que la gente haga su duelo. Esto permite que la persona sepa que estamos disponibles cuando esté preparada. Podemos invitarles a hablar con nosotros, pero recuerda proporcionarles comprensión y validación si todavía no están preparados. Recuérdales que estás ahí y que no duden en acudir a ti.