El altruismo es la preocupación desinteresada por otras personas, es decir, hacer cosas simplemente por el deseo de ayudar, no porque uno se sienta obligado a hacerlo por deber, lealtad o razones religiosas. Implica actuar por el bienestar de otras personas.
En algunos casos, estos actos de altruismo llevan a las personas a ponerse en peligro para ayudar a los demás. Estos comportamientos suelen realizarse de forma desinteresada y sin expectativas de recompensa. Otros casos, conocidos como altruismo recíproco, implican la realización de acciones para ayudar a otros con la expectativa de que ofrezcan ayuda a cambio.
Ejemplos de altruismo
La vida cotidiana está llena de pequeños actos de altruismo, desde sujetar la puerta a desconocidos hasta dar dinero a personas necesitadas. Las noticias se centran a menudo en casos más grandes de altruismo, como el de un hombre que se zambulle en un río helado para rescatar a un desconocido que se ahoga o el de un donante que da miles de dólares a una organización benéfica local.
Algunos ejemplos de altruismo son:
- Hacer algo para ayudar a otra persona sin esperar una recompensa
- Renunciar a cosas que pueden reportar beneficios personales si suponen un coste para los demás
- Ayudar a alguien a pesar de los costes o riesgos personales
- Compartir los recursos incluso ante la escasez
- Mostrar preocupación por el bienestar de otra persona
Tipos de altruismo
Los psicólogos han identificado varios tipos de comportamiento altruista. Estos incluyen:
- Altruismo genético: Como su nombre indica, este tipo de altruismo implica la realización de actos altruistas que benefician a los miembros cercanos de la familia. Por ejemplo, los padres y otros miembros de la familia suelen realizar actos de sacrificio para satisfacer las necesidades de los miembros de la familia.
- Altruismo recíproco: Este tipo de altruismo se basa en una relación mutua de dar y recibir. Implica ayudar a otra persona ahora porque puede que un día le devuelva el favor.
- Altruismo seleccionado por el grupo: implica la realización de actos altruistas en favor de las personas en función de su afiliación a un grupo. Las personas pueden dirigir sus esfuerzos a ayudar a personas que forman parte de su grupo social o a apoyar causas sociales que benefician a un grupo específico.
- Altruismo puro: También conocido como altruismo moral, esta forma implica ayudar a otra persona, incluso cuando es arriesgado, sin ninguna recompensa. Está motivado por los valores y la moral interiorizados.
¿Qué causa el altruismo?
Aunque estemos familiarizados con el altruismo, los psicólogos sociales están interesados en comprender por qué se produce. ¿Qué inspira estos actos de bondad? ¿Qué motiva a las personas a arriesgar su propia vida para salvar a un completo desconocido?
El altruismo es un aspecto de lo que se conoce como comportamiento prosocial. El comportamiento prosocial se refiere a cualquier acción que beneficie a otras personas, sin importar el motivo o la forma en que el dador se beneficia de la acción.
Aunque todos los actos altruistas son prosociales, no todos los comportamientos prosociales son completamente altruistas. Podemos ayudar a los demás por diversas razones, como la culpa, la obligación, el deber o incluso para obtener una recompensa.
No estamos seguros de por qué existe el altruismo, pero los psicólogos han sugerido varias explicaciones diferentes.
Evolución
Los psicólogos llevan mucho tiempo debatiendo si algunas personas nacen con una tendencia natural a ayudar a los demás, una teoría que sugiere que el altruismo puede estar influenciado por la genética.
La selección del parentesco es una teoría evolutiva que propone que las personas son más propensas a ayudar a quienes son parientes consanguíneos porque aumentarán las probabilidades de transmisión de genes a las generaciones futuras, asegurando así la continuidad de los genes compartidos. Cuanto más estrecho sea el parentesco entre los individuos, más probable será que la gente ayude.
Los comportamientos prosociales, como el altruismo, la cooperación y la empatía, también pueden tener una base genética.
Recompensas basadas en el cerebro
El altruismo activa los centros de recompensa del cerebro. Los neurobiólogos han descubierto que cuando una persona se comporta de forma altruista, los centros de placer de su cerebro se activan más.
Participar en acciones compasivas activa las áreas del cerebro asociadas al sistema de recompensa. Los sentimientos positivos creados por las acciones compasivas refuerzan entonces los comportamientos altruistas.
El entorno
Las interacciones y relaciones con los demás tienen una gran influencia en el comportamiento altruista, y la socialización puede tener un impacto significativo en las acciones altruistas de los niños pequeños.
En un estudio, los niños que observaron simples actos recíprocos de altruismo fueron mucho más propensos a mostrar acciones altruistas. En cambio, las acciones amistosas pero no altruistas no inspiraron los mismos resultados.
Modelar acciones altruistas puede ser una forma importante de fomentar acciones prosociales y compasivas en los niños.
Observar un comportamiento prosocial parece llevar a un comportamiento de ayuda también entre los adultos (aunque el grado en que esto ocurre varía en función de factores como el género, la cultura y el contexto individual).
Normas sociales
Las reglas, normas y expectativas de la sociedad también pueden influir en que las personas adopten o no un comportamiento altruista. La norma de reciprocidad, por ejemplo, es una expectativa social en la que nos sentimos presionados a ayudar a los demás si ya han hecho algo por nosotros.
Por ejemplo, si tu amigo te prestó dinero para comer hace unas semanas, probablemente te sientas obligado a corresponderle cuando te pregunte si le puedes prestar algo de dinero en otra ocasión. Han hecho algo por ti, ahora te sientes obligado a hacer algo a cambio.
Incentivos
Aunque la definición de altruismo implica hacer por los demás sin recompensa, puede haber incentivos cognitivos que no son obvios. Por ejemplo, podemos ayudar a los demás para aliviar nuestra propia angustia o porque ser amable con los demás refuerza nuestra visión de nosotros mismos como personas amables. Otras explicaciones cognitivas son:
- Empatía: Las personas son más propensas a adoptar un comportamiento altruista cuando sienten empatía por la persona en apuros, una sugerencia conocida como la hipótesis de la empatía-altruismo. Los niños también tienden a ser más altruistas a medida que se desarrolla su sentido de la empatía.
- Ayudar a aliviar los sentimientos negativos: Los actos altruistas pueden ayudar a aliviar los sentimientos negativos asociados a ver a otra persona en apuros, una idea que se conoce como modelo de alivio del estado negativo. Esencialmente, ver a otra persona en problemas nos hace sentir molestos, angustiados o incómodos, pero ayudarla reduce estos sentimientos negativos.
Impacto del altruismo
Aunque el altruismo puede tener algunos inconvenientes cuando se lleva al extremo, es una fuerza positiva que puede beneficiarte a ti y a los demás. El altruismo tiene una amplia gama de beneficios, como:
- Mejor salud: El comportamiento altruista puede mejorar la salud física de diversas maneras. Las personas que realizan actividades de voluntariado gozan de mejor salud en general, y participar regularmente en conductas de ayuda está relacionado con una mortalidad significativamente menor.
- Mayor bienestar mental: Hacer cosas buenas por otras personas puede hacer que te sientas bien contigo mismo y con el mundo. Las investigaciones demuestran que las personas experimentan una mayor felicidad después de hacer cosas buenas por otras personas.
- Mejores relaciones románticas: Ser amable y compasivo también puede conducir a una mejor relación con la pareja, ya que la amabilidad es una de las cualidades más importantes que las personas de todas las culturas buscan en una pareja romántica.
Además de estos beneficios, participar en el altruismo también puede ayudar a mejorar las conexiones y relaciones sociales, lo que en última instancia puede contribuir a mejorar la salud y el bienestar.
Fomentar el altruismo
Algunas personas tienen tendencias altruistas de forma natural, pero hay cosas que puedes hacer para ayudar a fomentar comportamientos útiles en ti mismo y en los demás. Entre ellas se encuentran:
- Busca la inspiración: Fíjate en las personas inspiradoras que realizan actos altruistas. Ver a otros trabajar para mejorar activamente la vida de las personas y las comunidades puede inspirarte a actuar de forma altruista en tu propia vida.
- Practica la empatía: En lugar de distanciarte de los demás, practica la empatía estableciendo conexiones y poniendo un rostro humano a los problemas que ves. Considera cómo te sentirías tú en esa situación y piensa en las cosas que puedes hacer para ayudar a cambiar las cosas.
- Fija un objetivo: Busca formas de realizar regularmente actos de bondad al azar para los demás. Busca a tu alrededor personas que puedan necesitar ayuda, o busca formas de ser voluntario en tu comunidad. Prepara una comida para alguien que la necesite, ayuda a un amigo con una tarea, participa en una campaña de donación de sangre o pasa algún tiempo como voluntario para una organización local.
- Hazlo un hábito: Intenta mantener la bondad en el primer plano de tus pensamientos. Por ejemplo, piensa en los actos altruistas que has realizado, en cómo pueden haber ayudado a alguien y en cómo podrías repetirlos en el futuro. O bien, considera la posibilidad de realizar al menos un acto de bondad al día, y tómate un tiempo para reflexionar sobre él.
Posibles dificultades del altruismo
El altruismo puede tener algunos posibles inconvenientes y dificultades, como:
- A veces puede generar riesgos. Las personas pueden realizar actos altruistas que pueden ponerlas en peligro.
- Puede llevar a las personas a descuidar sus propias necesidades sanitarias, sociales o económicas para cuidar de los demás.
- Aunque los actos de altruismo pueden realizarse con buenas intenciones, no siempre conducen a resultados positivos.
- Puede llevar a las personas a centrar sus esfuerzos en una causa mientras descuidan otras.
Las personas que trabajan en profesiones de ayuda pueden encontrarse emocionalmente abrumadas por el cuidado y la ayuda a los demás. En un ejemplo más grave, una persona que adopta animales de forma altruista puede pasar a acaparar animales, llegando a un punto en el que ya no puede albergar o cuidar a los animales que ha acogido.
A pesar de estos problemas potenciales, el altruismo es generalmente una fuerza positiva en el mundo, y es una habilidad que vale la pena desarrollar.