Sobre la agresividad pasiva

El comportamiento pasivo-agresivo puede ser destructivo, aunque todos podemos responder de esa manera en ocasiones. Al entender qué causa la pasivo-agresividad y cómo lidiar con ella, no sólo puedes abordar estos comportamientos con las personas en tu vida, sino también minimizar el daño potencial a tus propias relaciones.
un puño rosa chocando contra otro negro.
Sobre la agresividad pasiva - bien de mente

Tabla de contenidos

La pasivo-agresividad es un término relativamente conocido, normalmente asociado a una actitud o un modo de hablar, que busca causar una reacción en alguien de un modo no muy explícito. Hoy hablaremos en profundidad de este término.

¿Qué es ser pasivo agresivo?

Las personas que son pasivo-agresivas son indirectamente agresivas en lugar de ser directamente agresivas. Por ejemplo, el comportamiento pasivo-agresivo puede aparecer en forma de resistencia a las peticiones de otra persona, dejando las cosas para más tarde, expresando hosquedad o actuando con obstinación.

¿Qué significa pasivo-agresivo?

Una persona pasiva suele dejar que los demás tomen el control, mientras que una persona agresiva es más conflictiva o directamente contundente. Así, alguien que es pasivo-agresivo ejerce su control sobre las situaciones de una manera menos directa o reconocible.

¿Qué es la agresividad pasiva?

La Asociación Americana de Psicología define la pasivo-agresividad como «un comportamiento aparentemente inocuo, accidental o neutro, pero que muestra indirectamente un motivo agresivo inconsciente».

El comportamiento pasivo-agresivo puede manifestarse de muchas formas. Si alguien está siendo pasivo-agresivo, podría:

  • Hacer «ghosting», o aparentemente desaparecer
  • Hacerte un cumplido de espaldas («He visto que has fregado los platos. Me ha sorprendido»).
  • Te da el tratamiento de silencio
  • Rechazar indirectamente tu petición (no decirte que no, pero tampoco hacer lo que le has pedido)
  • Poner excusas en lugar de decir lo que piensan
  • Procrastinar cuando les has pedido que hagan algo
  • Responder a tus peticiones con sarcasmo o con sutiles indirectas

Una persona pasivo-agresiva puede afirmar repetidamente que no está enfadada o que está bien, incluso cuando está aparentemente furiosa y obviamente no está bien. Al negar lo que siente y negarse a ser emocionalmente abierto, cierra la comunicación y se niega a discutir el problema.

Ejemplos de comportamiento pasivo-agresivo

El comportamiento pasivo-agresivo puede manifestarse de diferentes maneras. En el ámbito personal, por ejemplo, una persona pasivo-agresiva puede inventar repetidamente excusas para evitar a determinadas personas como forma de expresar su desagrado o enfado hacia ellas.

Un ejemplo de comportamiento pasivo-agresivo en un matrimonio sería pedirle a tu cónyuge que vacíe el lavavajillas, que te diga que lo hará, y que luego no lo haga nunca o lo haga en el último momento. O puede responder con un comentario sarcástico como: «Pues sí, me encantaría vaciar el lavavajillas por ti».
Si alguien está siendo pasivo-agresivo en el trabajo, puede ser sarcástico con sus compañeros o no terminar su trabajo a tiempo. Otro ejemplo de comportamiento pasivo-agresivo en el trabajo es retener información importante como si castigara al equipo al no darle los datos necesarios para avanzar.

Efectos del comportamiento pasivo-agresivo

Cuando alguien es pasivo-agresivo, esto puede afectar negativamente a sus relaciones. Como no expresan abiertamente sus sentimientos, las personas con las que se relacionan pueden no entender por qué se les trata de forma silenciosa o por qué se ignoran sus peticiones. Esto crea confusión sobre lo que está sucediendo.

Con el tiempo, estos comportamientos pueden hacer mella en la relación. La pareja de la persona pasivo-agresiva puede empezar a cansarse de pedirle varias veces que haga algo o puede empezar a resentir las respuestas sarcásticas. Esto puede crear una cuña.
Además, como la persona que está siendo pasivo-agresiva no se sincera sobre cómo se siente, la ira o la frustración subyacentes nunca se tratan. La situación se sigue agravando en lugar de resolver los problemas y avanzar.

Los empleados que son pasivo-agresivos pueden enfrentarse a medidas disciplinarias en el trabajo o incluso ser despedidos. Un estudiante que es pasivo-agresivo puede obtener bajas calificaciones en la escuela debido a que falta o llega tarde a las tareas, lo que perjudica sus calificaciones y da lugar a un bajo rendimiento académico.

Causas del comportamiento pasivo-agresivo

Los comportamientos pasivo-agresivos pueden tener efectos negativos en las relaciones familiares, sentimentales e incluso en el lugar de trabajo y en la escuela. Entonces, ¿por qué es tan común este comportamiento a menudo destructivo? Hay algunas cosas que pueden contribuir a la agresión pasiva.

  • Educación familiar: Algunos investigadores teorizan que el comportamiento pasivo-agresivo puede provenir de haber sido criado en un entorno en el que se desalentaba o no se permitía la expresión directa de las emociones. Como resultado, las personas pueden sentir que no pueden expresar sus verdaderos sentimientos más abiertamente y, en su lugar, encuentran formas de canalizar pasivamente su ira o frustración.
  • Estado de salud mental: La investigación ha encontrado una conexión entre la depresión y los comportamientos pasivo-agresivos hacia uno mismo. Se cree que esto se debe a una combinación de la actitud de la persona, de cómo explica las situaciones negativas (su estilo atribucional) y de cómo responde a la angustia.
  • Circunstancias situacionales: La situación también puede influir en el comportamiento pasivo-agresivo. Si te encuentras en un lugar en el que las muestras de agresividad no son socialmente aceptables, como en una función empresarial o familiar, podrías estar más inclinado a responder de forma encubierta cuando alguien te hace enfadar.
  • Incomodidad con la confrontación: Ser asertivo y abierto emocionalmente no siempre es fácil. Cuando defenderse es difícil o incluso da miedo, la agresión pasiva puede parecer una forma más fácil de manejar tus emociones sin tener que enfrentarte a la fuente de tu ira.

Recapitulación

Los comportamientos pasivo-agresivos pueden ser el resultado de la educación, del estado de salud mental, de la situación o de la incomodidad ante la confrontación.

Cómo reconocer el comportamiento pasivo-agresivo

Si este tipo de comportamiento suele ser sutil, ¿cómo saber si alguien está siendo pasivo-agresivo contigo? He aquí algunas señales que debes buscar:

  • Les pides que hagan algo y te dicen que lo harán, pero arrastran los pies, nunca terminan de hacerlo o te dan una respuesta sarcástica.
  • Te dan el tratamiento de silencio sin razón aparente, y cuando intentas hablar de lo que les molesta, no te dicen cómo se sienten.
  • Parecen enfadados, pero cuando les preguntas qué les molesta, dicen «estoy bien» o «no me molesta nada», cuando es evidente que hay algo.
  • Hacen pucheros, suspiran con fuerza o muestran otros comportamientos que indican que no están contentos -como dar un portazo en el armario- aunque no expresen su infelicidad verbalmente.
  • Se quejan de situaciones con otras personas que les molestan como medio para decir indirectamente que son infelices cuando estas mismas situaciones ocurren contigo.
  • Parece que «llevan la cuenta», hablando de cómo hacen tantas cosas por otras personas y sin embargo no reciben el mismo trato a cambio.

Cómo tratar con personas pasivo-agresivas

¿Qué puede hacer cuando se enfrenta a un amigo, un compañero de trabajo o una pareja sentimental que se dedica regularmente a la agresión pasiva? El primer paso es reconocer los signos de ese comportamiento. Enfadarse, hacer cumplidos a la ligera, dejar las cosas para más tarde, retraerse y negarse a comunicarse son comportamientos pasivo-agresivos.

Cuando la otra persona empiece a actuar de esa manera, intenta mantener tu ira bajo control. En lugar de ello, señale los sentimientos de la otra persona de una manera que no juzgue, pero que sea objetiva. Si estás tratando con un niño que está claramente molesto por tener que hacer las tareas, por ejemplo, podrías decir: «Parece que estás enfadado conmigo por pedirte que limpies tu habitación».

Abordar los comportamientos sin señalar a nadie ni culpar a nadie puede facilitar que se abran. También les hace saber que reconoces la agresividad pasiva y que no la vas a dejar pasar sin hablar de ello.
Por último, dale a la persona la oportunidad de trabajar sobre lo que siente. Dale el espacio que necesita para entender sus emociones y manejarlas como corresponde.

Reconocer tus propios comportamientos pasivo-agresivos

A veces puede ser más fácil reconocer la pasividad-agresividad en los demás que ver estos patrones de comportamiento en uno mismo. Si crees que puedes ser pasivo-agresivo, da un paso atrás y observa tu propio comportamiento con una mirada imparcial. Estas preguntas pueden ayudar:

  • ¿Te encuentras a menudo enfadado cuando estás descontento con alguien?
  • ¿Evitas a las personas con las que estás molesto?
  • ¿Alguna vez dejas de hablar con la gente cuando estás enfadado con ella?
  • ¿Aplazas las cosas para castigar a los demás?
  • ¿Utilizas el sarcasmo para evitar entablar conversaciones significativas?

Si crees que tus comportamientos pasivo-agresivos están dañando tus relaciones, hay medidas que puedes tomar para cambiar tu forma de relacionarte con los demás.

  • Mejora tu autoconciencia. Las acciones pasivo-agresivas a veces se derivan de no tener una buena comprensión de lo que se siente. Empieza a prestar atención a lo que te ocurre emocionalmente cuando reaccionas ante diferentes personas y situaciones.
  • Date tiempo para hacer cambios. Reconocer tus propios comportamientos es un buen primer paso hacia el cambio, pero alterar tus patrones y reacciones puede llevar algún tiempo. Sé paciente contigo mismo mientras trabajas para reducir tus respuestas pasivo-agresivas.
  • Practica tu expresión. Comprender tus emociones y aprender a expresar tus sentimientos de forma adecuada es un paso importante para acabar con los comportamientos pasivo-agresivos. El conflicto es una parte inevitable de la vida, pero saber cómo hacer valer tus sentimientos de forma eficaz puede dar lugar a mejores resoluciones.