Según Joseph Ferrari, profesor de psicología de la Universidad DePaul de Chicago y autor de «Still Procrastinating: The No Regret Guide to Getting It Done», alrededor del 20% de los adultos estadounidenses son procrastinadores crónicos.
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es el acto de retrasar o posponer las tareas hasta el último momento, o más allá de su fecha límite. Algunos investigadores definen la procrastinación como una «forma de fracaso de la autorregulación caracterizada por el retraso irracional de las tareas a pesar de las consecuencias potencialmente negativas».
Por muy organizado y comprometido que estés, lo más probable es que te hayas encontrado desperdiciando horas en actividades triviales (viendo la televisión, actualizando tu estado en Facebook, comprando por Internet) cuando deberías haber dedicado ese tiempo al trabajo o a proyectos relacionados con la escuela.
Tanto si pospones la finalización de un proyecto para el trabajo, como si evitas los deberes o ignoras las tareas domésticas, la procrastinación puede tener un gran impacto en tu trabajo, tus notas y tu vida.
En la mayoría de los casos, la procrastinación no es un signo de un problema grave. Es una tendencia común a la que la mayoría de la gente cede en algún momento.
Causas de la procrastinación
¿Recuerdas aquella vez que pensaste que te quedaba una semana para terminar un proyecto que en realidad era para el día siguiente? ¿Qué tal la vez que decidiste no limpiar tu apartamento porque «no te apetecía hacerlo ahora»?
A menudo suponemos que los proyectos no tardarán tanto en terminarse como realmente lo harán, lo que puede llevarnos a una falsa sensación de seguridad cuando creemos que aún tenemos mucho tiempo para completar estas tareas.
Uno de los principales factores que contribuyen a la procrastinación es la noción de que tenemos que sentirnos inspirados o motivados para trabajar en una tarea en un momento determinado.
La realidad es que si esperas a estar en el estado de ánimo adecuado para hacer ciertas tareas (especialmente las indeseables), probablemente descubrirás que el momento adecuado simplemente nunca llega y la tarea nunca se completa.
A continuación se enumeran otros factores que provocan la procrastinación.
Académicos
Los investigadores sugieren que la procrastinación puede ser especialmente pronunciada entre los estudiantes. Un metaanálisis publicado en 2007 en el Psychological Bulletin descubrió que entre el 80% y el 95% de los estudiantes universitarios procrastinan con regularidad, sobre todo cuando se trata de completar tareas y trabajos del curso.
Según los investigadores, hay algunas distorsiones cognitivas importantes que conducen a la procrastinación académica. Los estudiantes tienden a:
- Sobrestimar el tiempo que les queda para realizar las tareas
- Sobrestimar la motivación que tendrán en el futuro
- Subestimar la duración de ciertas actividades
- Asumir erróneamente que necesitan estar en el estado de ánimo adecuado para trabajar en un proyecto
Sesgo actual
El sesgo del presente es un fenómeno observado en el comportamiento humano que puede dar lugar a la procrastinación. El sesgo actual o del presente significa que tendemos a estar más motivados por la gratificación o las recompensas inmediatas que por las recompensas a largo plazo. Por eso nos sentimos bien en el momento de procrastinar.
Por ejemplo, la recompensa inmediata de quedarse en la cama y ver la televisión es más atractiva que la recompensa a largo plazo de publicar un artículo en el blog, que llevaría mucho más tiempo.
Depresión
La procrastinación también puede ser consecuencia de la depresión. Los sentimientos de desesperanza, impotencia y falta de energía pueden dificultar el inicio (y la finalización) de la tarea más sencilla. La depresión también puede generar dudas. Cuando no sabes cómo abordar un proyecto o te sientes inseguro de tus capacidades, puede que te resulte más fácil aplazarlo.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
La procrastinación también es bastante común en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo. Una de las razones es que el TOC suele estar relacionado con el perfeccionismo desadaptativo, que provoca miedo a cometer nuevos errores, dudas sobre si estás haciendo algo correctamente y preocupación por las expectativas de los demás sobre ti.
Las personas con TOC también suelen ser propensas a la indecisión, lo que les lleva a dejar las cosas para más tarde en lugar de tomar una decisión.
TDAH
Muchos adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) luchan contra la procrastinación. Cuando se está tan distraído por los estímulos externos, así como por los pensamientos internos, puede ser difícil empezar una tarea, especialmente si esa tarea es difícil o no le interesa.
¿Es la procrastinación una enfermedad mental?
La procrastinación en sí misma no es una enfermedad mental. Pero en algunos casos, puede ser síntoma de una condición de salud mental subyacente como la depresión, el TOC o el TDAH.
La relación entre el TDAH y la procrastinación crónica
¿Por qué procrastinas?
A menudo se nos ocurren una serie de excusas o racionalizaciones para justificar nuestro comportamiento. Según los investigadores, hay 15 razones clave por las que la gente dice que procrastina:
- No saber lo que hay que hacer
- No saber hacer algo
- No querer hacer algo
- No dar importancia a la realización de la tarea
- No preocuparse cuando se hace algo
- No tener ganas de hacer la tarea
- Tener la costumbre de esperar hasta el último momento
- Creer que se trabaja mejor bajo presión
- Pensar que se puede terminar en el último momento
- Falta de iniciativa para ponerse en marcha
- Olvidos
- Culpar a una enfermedad o a la mala salud
- Esperar al momento adecuado
- Necesidad de tiempo para pensar en la tarea
- Retrasar una tarea para trabajar en otra
Tipos de procrastinación
Algunos investigadores clasifican dos tipos de procrastinadores: los pasivos y los activos.
- Procrastinadores pasivos: Retrasan la tarea porque les cuesta tomar decisiones y actuar en consecuencia
- Procrastinadores activos: Retrasan la tarea a propósito porque trabajar bajo presión les permite «sentirse desafiados y motivados»
Otros definen los tipos de procrastinadores en función de los diferentes estilos de comportamiento de la procrastinación, entre ellos:
- Perfeccionista: Aplaza las tareas por el miedo a no poder completar una tarea a la perfección
- Soñador: Aplaza las tareas porque no es bueno prestando atención a los detalles
- Desafiante: No cree que alguien deba dictar su horario
- Preocupado: Aplaza las tareas por miedo al cambio o a dejar la comodidad de «lo conocido»
- Creador de crisis: Aplaza las tareas porque le gusta trabajar bajo presión
- Exceso de trabajo: Se ocupa de demasiadas cosas y le cuesta encontrar tiempo para empezar y terminar la tarea
Procrastinadores y no procrastinadores
«Los que no postergan se centran en la tarea que hay que hacer. Tienen una identidad personal más fuerte y se preocupan menos por lo que los psicólogos denominan ‘estima social’ -cómo les caemos a los demás-, en contraposición a la autoestima, que es lo que sentimos sobre nosotros mismos», explicó el Dr. Ferrari en una entrevista con la Asociación Americana de Psicología (APA).
Según el psicólogo Piers Steel, las personas que no procrastinan tienden a ser altas en el rasgo de personalidad conocido como concienciación, una de las amplias disposiciones identificadas por la teoría de los Cinco Grandes de la personalidad. Las personas con un alto nivel de conciencia también tienden a ser altas en otras áreas, como la autodisciplina, la persistencia y la responsabilidad personal.
El impacto negativo de la procrastinación
Sólo en los casos en los que la procrastinación se vuelve crónica y empieza a tener un impacto serio en la vida diaria de una persona, se convierte en un problema más grave. En estos casos, no se trata solo de tener una mala gestión del tiempo, sino que es una parte importante de su estilo de vida.
Tal vez paguen las facturas con retraso, no empiecen a trabajar en grandes proyectos hasta la noche anterior a la fecha límite, retrasen las compras de regalos hasta la víspera de un cumpleaños e incluso presenten la declaración de la renta con retraso.
Desgraciadamente, esta dilación puede tener un grave impacto en varias áreas de la vida, incluyendo la salud mental y el bienestar social, profesional y financiero de la persona:
- Mayores niveles de estrés y enfermedad
- Mayor carga en las relaciones sociales
- Resentimiento por parte de amigos, familiares, compañeros de trabajo y de estudios
- Consecuencias de la morosidad en las facturas y en la declaración de la renta
Cómo superar la procrastinación
Es posible que te preguntes: ¿Cómo puedo dejar de procrastinar?
Afortunadamente, hay una serie de cosas que puedes hacer para combatir la procrastinación y empezar a hacer las cosas a tiempo. Considera estos tus ejercicios de procrastinación:
- Haz una lista de tareas: Para ayudarte a mantener el rumbo, considera la posibilidad de colocar una fecha de vencimiento junto a cada elemento.
- Da pequeños pasos: Divide los elementos de tu lista en pasos pequeños y manejables para que tus tareas no parezcan tan abrumadoras.
- Reconoce las señales de alarma: Presta atención a cualquier pensamiento de procrastinación y haz lo posible por resistir el impulso. Si empiezas a pensar en procrastinar, oblígate a dedicar unos minutos a tu tarea.
- Elimina las distracciones: Pregúntate qué es lo que más distrae tu atención -ya sea Instagram, las actualizaciones de Facebook o las noticias locales- y apaga esas fuentes de distracción.
- Date una palmadita en la espalda: Cuando termines un elemento de tu lista de tareas a tiempo, felicítate y prémiate con algo que te resulte divertido.