¿Qué es la tripofobia?

La tripofobia es un tipo de fobia descubierta muy recientemente si la comparamos con otras, aunque parece ser muy común entre nosotros. Te contamos más sobre la tripofobia en este artículo.
panal de abejas
¿Qué es la tripofobia? - bien de mente

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Si la imagen aquí arriba te incomoda excesivamente, es posible que la padezcas. Aunque la tripofobia se ha debatido ampliamente en Internet, los psicólogos siguen divididos sobre si representa una auténtica fobia. Actualmente no está reconocida por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría.

¿Qué es la tripofobia?

La tripofobia es una aversión o miedo irracional y perturbador a los grupos de pequeños agujeros, protuberancias o dibujos. Cuando las personas con esta fobia ven dichos objetos, pueden experimentar un miedo intenso, náuseas, picores, sudoración, temblores e incluso ataques de pánico.

Existe un debate entre los investigadores sobre si la tripofobia es una condición genuina. Los primeros informes sobre la tripofobia se describieron por primera vez en un foro en línea en 2005, pero no se ha reconocido como un diagnóstico distinto en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría.
Aunque no figura en el DSM-5, la tripofobia entraría en la amplia clasificación de las fobias específicas siempre que los síntomas sean persistentes, excesivos y produzcan un deterioro o malestar significativo.

Definición de tripofobia

La tripofobia suele describirse como «el miedo a los agujeros», pero es importante tener en cuenta que también puede aplicarse a los bultos u otros patrones que se agrupan estrechamente. Cuando las personas ven objetos desencadenantes, experimentan síntomas como miedo intenso, náuseas, picores, sudoración, temblores e incluso ataques de pánico.

El miedo es un síntoma común, pero a menudo se describe el asco como la emoción abrumadora que sienten las personas con esta fobia. La tripofobia también tiende a ser muy visual. Ver imágenes en línea o impresas es suficiente para desencadenar sentimientos de repulsión o ansiedad.
El informe de un caso ilustra cómo se presenta a menudo la tripofobia. La paciente, una niña de 12 años, experimentaba sensaciones de malestar cuando se encontraba con superficies y objetos cubiertos de agujeros o puntos. Cuando se le pidió que hiciera un dibujo de su miedo, llenó un papel con un patrón repetitivo de puntos redondos agrupados.

¿Es común la tripofobia?

Aunque se desconoce la prevalencia, algunas investigaciones indican que la tripofobia puede ser bastante común. Un estudio de 2013 publicado en la revista Psychological Science descubrió que el 16% de los participantes experimentaban sentimientos de asco o malestar al mirar una imagen de una vaina de semilla de loto.

Desencadenantes comunes de la tripofobia

La investigación sobre la tripofobia es todavía relativamente escasa, pero algunos de los objetos desencadenantes que se han observado incluyen:

  • Papel de burbuja
  • Superfices con diminutas burbujas
  • Condensación
  • Coral
  • Semillas de frutas
  • Agujeros en la carne enferma o en descomposición
  • Agujeros o protuberancias en la carne
  • Panales
  • Ojos de insecto
  • Vainas de semillas de loto
  • Granadas
  • Esponjas
  • Fresas

Los dibujos hechos por el hombre, así como los animales con pelaje manchado o con dibujos, también pueden provocar una reacción fóbica.

Síntomas de la tripofobia

Los síntomas de esta enfermedad son similares a los de otras fobias específicas. Tras ver grupos de pequeños agujeros o bultos, ya sea en persona o en una imagen, las personas suelen experimentar:

  • Angustia emocional
  • Miedo y ansiedad
  • Sentimientos de repulsión
  • Piel de gallina
  • Picazón
  • Náuseas
  • Ataques de pánico
  • Respiración rápida
  • Agitación
  • Sudando
  • Vómitos

Los síntomas son persistentes, lo que conlleva un deterioro funcional en la vida diaria.
La tripofobia puede provocar síntomas relacionados con el miedo, el asco o ambos, aunque las investigaciones sugieren que las personas dicen sentir más asco que miedo.

Además de experimentar síntomas como el miedo y el asco, las personas con tripofobia suelen experimentar también cambios de comportamiento. Es habitual que se eviten los objetos desencadenantes. Por ejemplo, una persona puede evitar comer ciertos alimentos (como las fresas o el chocolate con burbujas) o evitar ir a ciertos lugares (como una habitación con papel pintado de puntos).

Causas de la tripofobia

La investigación sobre la tripofobia es todavía bastante limitada, pero existen algunas teorías sobre el porqué de esta situación.

Causas evolutivas

Según una de las teorías más populares, la tripofobia es una respuesta evolutiva a las cosas que se asocian con la enfermedad o el peligro. La piel enferma, los parásitos y otras afecciones infecciosas, por ejemplo, pueden caracterizarse por esos agujeros o protuberancias.

Esta teoría sugiere que esta fobia tiene una base evolutiva. También es coherente con la tendencia de las personas con tripofobia a experimentar más asco que miedo cuando ven un objeto desencadenante.

Asociaciones con animales peligrosos

Otra teoría sugiere que los agujeros agrupados tienen una apariencia similar a los patrones de piel y pelaje de algunos animales venenosos. La gente puede temer estos patrones por asociaciones inconscientes.

Hay algunas investigaciones que apoyan esta idea. Un estudio de 2013 analizó cómo responden las personas con tripofobia a determinados estímulos en comparación con las que no padecen esta enfermedad. Cuando ven un panal (un objeto tripofóbico común), las personas que no tienen tripofobia piensan inmediatamente en cosas como la miel o las abejas.

Los investigadores creen que las personas con tripofobia asocian de forma no consciente la visión de un panal con organismos peligrosos que comparten las mismas características visuales básicas, como las serpientes de cascabel. Aunque no son conscientes de esta asociación, puede ser lo que les hace sentir asco o miedo.

Asociaciones con patógenos infecciosos

Un estudio de 2017 descubrió que los participantes tendían a asociar patrones de agujeros con patógenos transmitidos por la piel. Los participantes en el estudio informaron de la sensación de picazón y de irritación de la piel al ver dichos patrones.

El asco o el miedo ante posibles amenazas es una respuesta evolutiva adaptativa. En muchos casos, estos sentimientos ayudan a mantenernos a salvo del peligro. En el caso de la tripofobia, los investigadores creen que puede ser una forma exagerada y sobregeneralizada de esta respuesta normalmente adaptativa.

Una respuesta a las características visuales

Algunas investigaciones sugieren que la incomodidad que sienten las personas tiene más que ver con las características visuales de los propios patrones.

Un estudio publicado en Psychological Reports descubrió que, aunque las personas experimentan malestar al ver patrones tripofóbicos, estos sentimientos estaban más relacionados con los propios patrones visuales que con las asociaciones con animales peligrosos. Estos resultados ponen en duda si la tripofobia es realmente una fobia o simplemente una respuesta natural a ciertos tipos de estímulos visuales.

Factores de riesgo de la tripofobia

Los síntomas de la tripofobia suelen cumplir los criterios de diagnóstico del DSM-5 para las fobias específicas y no para otras afecciones como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Sin embargo, los investigadores han descubierto que las personas con tripofobia son más propensas a padecer también otras afecciones. Entre ellas se encuentran:

  • Depresión
  • Generalizado
  • Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
  • Trastorno de pánico
  • Trastorno bipolar

Es más común en mujeres y en personas con familiares cercanos que también tienen tripofobia.

Tratamientos para la tripofobia

Ningún tratamiento específico ha demostrado ser especialmente eficaz en el tratamiento de esta enfermedad. Sin embargo, es probable que muchos de los tratamientos utilizados para fobias específicas y trastornos del estado de ánimo también sean útiles para reducir los síntomas.

Terapia cognitivo-conductual (TCC)

La terapia cognitivo-conductual (TCC) consiste en trabajar con un terapeuta para cambiar los pensamientos y comportamientos subyacentes que pueden contribuir a la tripofobia. Esto puede implicar la discusión de pensamientos poco realistas, la sustitución de éstos por otros más realistas y, a continuación, la introducción de cambios en los comportamientos.

La TCC también puede implicar la exposición gradual a cosas o situaciones temidas para disminuir las reacciones ante ellas.
Una de las razones por las que las personas experimentan síntomas de fobia es porque a menudo creen que hay algo intrínsecamente peligroso o amenazante en el objeto temido. Esto les lleva a tener pensamientos automáticos negativos en cuanto se encuentran con la fuente de su miedo.

La terapia de exposición, un tipo de TCC, consiste en exponer progresivamente a la persona a su objeto de miedo con la esperanza de que los síntomas del miedo disminuyan con el tiempo. Este proceso suele realizarse de forma muy gradual. Una persona puede empezar imaginando lo que teme, luego viendo imágenes del objeto temido y finalmente estando cerca o incluso tocando la fuente de su ansiedad.

En el caso de la tripofobia, una persona con síntomas puede empezar simplemente cerrando los ojos e imaginando algo como un panal o una vaina de semillas. Seguirá trabajando en esta actividad hasta que los síntomas empiecen a remitir. Una vez que sea capaz de imaginar el objeto sin respuesta, pasará al siguiente paso, que suele consistir en mirar una imagen de un objeto que normalmente desencadena los síntomas.

Mediante la TCC, las personas trabajan para sustituir sus creencias, a menudo irracionales, y sus pensamientos negativos por otros más positivos y realistas. Con la terapia de exposición, los pacientes pueden encontrarse potencialmente con un objeto sin sentir excesivo asco, miedo o ansiedad.

Técnicas de relajación

Las diferentes estrategias de relajación también pueden ser útiles para reducir los sentimientos de asco, miedo o ansiedad. La visualización, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva son algunas estrategias que pueden ser útiles.

La visualización consiste en imaginar imágenes o situaciones tranquilizadoras. Una persona con tripofobia puede tratar de imaginar una hermosa puesta de sol o un campo de flores cada vez que se encuentre con algo cubierto de pequeños agujeros.

Una simple distracción también puede ser una técnica de afrontamiento útil. Si ves algo que desencadena una respuesta tripofóbica, puedes simplemente apartar la vista y buscar otra cosa en la que pensar o mirar hasta que los síntomas se alivien.

Medicamentos

A veces pueden recetarse fármacos antidepresivos o ansiolíticos, sobre todo si la persona también sufre depresión o ansiedad. Estos pueden incluir inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), benzodiacepinas o betabloqueantes. Estos medicamentos pueden utilizarse solos, pero a menudo se utilizan junto con otro enfoque de tratamiento, como la TCC u otros tipos de psicoterapia.

Es necesario seguir investigando para determinar la naturaleza de la enfermedad, su prevalencia y su tratamiento. Afortunadamente, la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad pueden encontrar alivio mediante opciones de tratamiento que van desde la terapia hasta la medicación y la autoayuda.