Las relaciones pueden ser maravillosos amortiguadores del estrés, pero los conflictos en las relaciones también pueden causar un considerable dolor emocional y estrés. Saber disculparse -y cuándo- puede reparar el daño en una relación, pero si no sabes disculparte sinceramente, puedes empeorar las cosas.
Una disculpa sincera y eficaz es aquella que comunica una empatía, un remordimiento y un arrepentimiento genuinos, así como la promesa de aprender de tus errores. En otras palabras, tienes que creer realmente que has hecho algo mal y sentirte apenado por el daño que has causado. A continuación te ofrecemos unos sencillos pasos para aprender a pedir disculpas de forma sincera y eficaz.
Reconocer las razones para disculparse
Cuando has cometido un error o has herido a otra persona, hay muchas buenas razones para pedir disculpas. Al pedir disculpas, puedes:
- Reconocer que te has equivocado
- Discutir lo que está permitido y lo que no está permitido en su relación
- Expresar tu arrepentimiento y remordimiento
- Aprender de los errores y encontrar nuevas formas de afrontar las situaciones difíciles
- Abrir una línea de comunicación con la otra persona
Una disculpa sincera también puede suponer un alivio, sobre todo si te sientes culpable por tus acciones. Una disculpa por sí sola no borra el daño ni hace que esté bien, pero establece que sabes que tus acciones o palabras fueron incorrectas y que te esforzarás más en el futuro para evitar que se repitan.
No pedir disculpas cuando te equivocas puede ser perjudicial para tus relaciones personales y profesionales. También puede conducir a la rumiación, la ira, el resentimiento y la hostilidad que sólo puede crecer con el tiempo.
Las investigaciones sugieren que algunas de las principales razones por las que las personas no se disculpan son que no se preocupan realmente por la otra persona, que disculparse amenaza su propia imagen o que creen que una disculpa no servirá de nada de todos modos.
Por qué son importantes las disculpas
Saber cuándo disculparse
Saber cuándo disculparse es tan importante como saber cómo hacerlo. En general, si sospechas que algo que has hecho -a propósito o por accidente- ha provocado resentimientos en otra persona, es una buena idea pedir disculpas y aclarar las cosas.
Si lo que has hecho te hubiera molestado si te lo hubieran hecho a ti, una disculpa está en orden. Si no estás seguro, una disculpa no sólo te ofrece la oportunidad de «asumir» los errores que cometiste, sino de restablecer lo que crees que estuvo bien. Si crees que la otra persona no está siendo razonable, puede ser conveniente una discusión. Después podrás decidir cuál es tu postura respecto a las disculpas.
Aunque una disculpa sincera puede contribuir en gran medida a arreglar una relación, a menudo las personas no están dispuestas a dar este paso o no son capaces de hacerlo. Admitir que te has equivocado puede ser difícil y humillante.
Los investigadores han descubierto que las personas que creen que la personalidad es cambiable son más propensas a disculparse por acciones perjudiciales. Como sienten que el cambio es posible, consideran que aceptar la culpa de sus errores es una oportunidad para aprender y crecer.
Asumir la responsabilidad
Asumir la responsabilidad significa reconocer los errores que cometiste y que hirieron a la otra persona, y es uno de los ingredientes más importantes y olvidados de la mayoría de las disculpas, sobre todo de las mediáticas.
Decir algo vago como «Siento que te hayas ofendido por algo que he dicho» implica que los sentimientos heridos fueron una reacción aleatoria por parte de la otra persona. Decir: «Cuando dije [la cosa hiriente], no estaba pensando. Me doy cuenta de que he herido tus sentimientos, y lo siento», reconoce que sabes qué fue lo que dijiste que hirió a la otra persona, y asumes la responsabilidad por ello.
No hagas suposiciones ni trates de echar la culpa. Deja claro que lamentas tus acciones y que lo sientes sinceramente.
Expresa tu arrepentimiento
Al aprender a pedir disculpas de forma eficaz, es importante comprender el valor de expresar el arrepentimiento. Asumir la responsabilidad es importante, pero también es útil que la otra persona sepa que te sientes mal por haberla herido y que desearías no haberlo hecho. Eso es todo. Ellos ya se sienten mal, y les gustaría saber que tú te sientes mal porque ellos se sienten mal.
Qué decir cuando se quiere pedir perdón
- «Me gustaría poder volver atrás».
- «Desearía haber sido más considerado».
- «Ojalá hubiera pensado también en tus sentimientos».
Todas estas son expresiones de arrepentimiento que aumentan la sinceridad de tus disculpas y hacen saber a la otra persona que te importa.
Enmendar las cosas
Si hay algo que puedas hacer para enmendar la situación, hazlo. Es importante saber disculparse con sinceridad, y parte de esa sinceridad es la voluntad de actuar.
Qué decir cuando se enmiendan las cosas
- Si se rompe algo: «¿Cómo puedo reemplazarlo?»
- Si has dicho algo hiriente: «Sé que mis palabras te han herido. Nunca debería haber hablado así a alguien a quien quiero y respeto. Haré lo posible por pensar antes de hablar en el futuro».
- Si has roto la confianza: «¿Hay algo que pueda hacer ahora mismo para ayudar a construir tu confianza?»
Cualquier cosa que puedas hacer para mejorar las cosas, hazla. Si no estás seguro de lo que podría ayudar, pregunta a la otra persona.
Reafirmar los límites
Una de las partes más importantes de una disculpa y una de las mejores razones para disculparse es reafirmar los límites. Los límites saludables son importantes en cualquier relación.
Cuando se entra en conflicto con alguien, a menudo se cruza un límite. Si se viola una norma social o se rompe la confianza, una disculpa ayuda a afirmar qué tipo de comportamiento futuro se prefiere.
Discutir el tipo de reglas que ambos cumpliréisn en el futuro reconstruirá la confianza, los límites y los sentimientos positivos. Proporciona una salida natural del conflicto hacia un futuro más feliz en la relación.
Por ejemplo, tú y tu pareja, amigo o familiar podéis hablar de las cosas que no vais a tolerar, por ejemplo:
- Faltas de respeto
- Engaños
- Mentiras
- Luz de gas
- Desconfianza
- Gritos
Además, podéis trabajar juntos para establecer las expectativas sobre cómo deben tratarse emocional, física y sexualmente. Si tenéis problemas para poneros de acuerdo sobre estos límites, a ti y a tu pareja os puede venir bien acudir a un terapeuta familiar o a un consejero de pareja.
Asume tu parte, no la de ellos
Recuerda que cuando te disculpas, estás asumiendo la responsabilidad de tu parte en el conflicto. Eso no significa que estés admitiendo que todo el conflicto fue culpa tuya. La gente suele tener miedo de disculparse primero porque piensa que quien se disculpa primero está «más equivocado» o es el «perdedor» del conflicto.
Pedir disculpas incluso cuando sólo una pequeña parte del conflicto ha sido responsabilidad tuya está bien y suele ser saludable. Te permite establecer lo que lamentas de tus propias acciones, pero también confirma tus propios límites.
Es importante ser justo en tus disculpas, tanto con la otra persona como contigo mismo. No aceptes toda la culpa si no es toda tuya.
Pedir disculpas por las razones correctas
Cuando te disculpas sólo por lo que has hecho, puedes avanzar más fácilmente y dejar atrás el conflicto, independientemente de las acciones de la otra persona. Cuando nos disculpamos, podemos mantener más fácilmente nuestra integridad y perdonarnos a nosotros mismos.
Es posible que la otra persona se sienta movida a disculparse también por sus acciones. Aunque obtener una disculpa suele ser agradable, es importante recordar que esto no siempre ocurre. Tratar de evocar una disculpa de la otra persona es una táctica manipuladora que a veces resulta contraproducente.
Pide disculpas para tu propia tranquilidad y la otra persona puede sentirse inspirada a hacer lo mismo. Pero asegúrate de no disculparte solo porque esperas una disculpa a cambio.
Dejar de lado los resultados… hasta cierto punto
Aunque pedir disculpas puede ser una forma de mantener la integridad y seguir adelante con las acciones de las que no estamos orgullosos, la mayoría de nosotros también queremos reparar la relación y ser perdonados. A veces esto no sucede.
Si la disculpa fue sincera e incluyó los ingredientes necesarios, tus posibilidades de perdón son mayores, pero a veces la otra persona simplemente no está preparada o no es capaz de perdonar y seguir adelante. O puede que te perdone pero se mantenga en guardia. O puede que no se dé cuenta de su propio papel en el conflicto. No puedes controlar su respuesta, y si has hecho todo lo posible, déjalo pasar por ahora.
Elige tu método
Las disculpas verbales son apropiadas en la mayoría de las circunstancias, pero la reparación por escrito también puede tener sus ventajas. Muchas personas se sienten incómodas con una disculpa cara a cara, y aunque esta incomodidad por sí sola no es una buena razón para una disculpa por escrito, puede ser un factor, especialmente si su incomodidad afecta a su capacidad de expresarse.
Escribir tus disculpas en una carta, un correo electrónico o incluso un mensaje de texto puede darte el tiempo necesario para elaborarlas con detenimiento, asegurándote de aceptar la responsabilidad, expresar tu remordimiento y reafirmar los límites.
Por otro lado, las disculpas por escrito pueden ser demasiado formales para algunos errores y no lo suficientemente personales para otros. Y si la disculpa escrita no va seguida de una respuesta, puede quedar un conflicto sin resolver.
Pide disculpas sencillas y directas. Si exageras, harás que se trate de ti mismo en lugar de la persona a la que has agredido. Esto puede crear resentimiento y erosionar la confianza.
Cómo saber si tu disculpa fue aceptada
En general, podrás saber si tus disculpas han sido aceptadas si la persona ha dado los siguientes pasos:
- Escuchó tus disculpas o reconoció haber leído tus disculpas
- Te ha dado las gracias o ha mostrado su aprecio por tus disculpas
- Responde a tus disculpas diciendo «No pasa nada», o «Por favor, no vuelvas a hacerlo», o incluso «Gracias, pero aún necesito más tiempo para pensar».
Es importante recordar que aunque alguien acepte tus disculpas, no significa necesariamente que esté dispuesto a perdonarte. El verdadero perdón puede llevar algún tiempo, así que mantén la calma y sé paciente.