Saber qué son los prejuicios y por qué tienden a producirse es un paso importante para ayudar a que el mundo sea un lugar más acogedor e igualitario. Queda mucho por hacer, por supuesto.
Sigue manteniendo conversaciones importantes, reconoce tus propios prejuicios potenciales y esfuérzate por comprender a los demás a un nivel más profundo.
¿Qué es el prejuicio?
Los prejuicios son una suposición o una opinión sobre alguien basada simplemente en la pertenencia de esa persona a un grupo determinado. Por ejemplo, la gente puede tener prejuicios contra otra persona de diferente etnia, género o religión.
Si alguien actúa en base a sus prejuicios, está prejuzgando (de ahí el término «prejuicio») a alguien antes incluso de conocerlo a un nivel más profundo. Se trata de una actitud y una mentalidad irracionales que no benefician a nadie.
«Prejuicio» viene del latín prejudicium («injusticia») y praeiudicium («juicio previo»), que se refería al examen judicial antes del juicio.
Por ejemplo, una persona puede tener muchas ideas preconcebidas sobre alguien que es cristiano, musulmán o judío y permitirá que esos juicios afecten a la forma en que ve y trata a esas personas. Lo mismo puede ocurrir con las personas negras, blancas o asiáticas.
Los rasgos comunes de los prejuicios incluyen:
- Sentimientos negativos
- Creencias estereotipadas
- Tendencia a discriminar a los miembros de un grupo
En la sociedad, a menudo vemos prejuicios hacia un grupo basados en la raza, el sexo, la religión, la cultura, etc.
Aunque las definiciones específicas de prejuicio dadas por los científicos sociales a menudo difieren, la mayoría coincide en que implica prejuicios que suelen ser negativos sobre los miembros de un grupo.
Tipos de prejuicios
Como se ha mencionado, una actitud prejuiciosa puede basarse en una serie de factores, como el sexo, la raza, la edad, la orientación sexual, la nacionalidad, la situación socioeconómica y la religión. Algunos de los tipos de prejuicios más conocidos son los siguientes:
Los prejuicios no son lo mismo que la discriminación. Mientras que el prejuicio se refiere a las actitudes y creencias en abstracto, la discriminación describe las acciones que pueden surgir del prejuicio.
Efectos negativos de los prejuicios
Cuando las personas tienen actitudes prejuiciosas hacia los demás, tienden a ver a todos los que encajan en un determinado grupo como si fueran «todos iguales». Pintan a todos los individuos que tienen características o creencias particulares con una brocha muy ancha y no miran realmente a cada persona como un individuo único.
Esto influye mucho en la forma en que las personas se comportan e interactúan con quienes son diferentes a ellas.
En un nivel básico, puede ahogar la capacidad de una persona con prejuicios para aprender más sobre los que son diferentes a ella. Como resultado, también puede hacer que se pierdan relaciones o conversaciones que tienen el potencial de ser profundamente satisfactorias.
Sin embargo, los que reciben los prejuicios se ven especialmente afectados. No sólo esas suposiciones y prejuicios pueden infligir un verdadero daño, sino que incluso pueden afectar a su capacidad de tener una «oportunidad justa» en este mundo.
Un ejemplo flagrante son los prejuicios contra los musulmanes; el sentimiento antimusulmán rampante en Occidente ha llevado a mucha gente a creer que todos los musulmanes son violentos y odiosos.
¿Por qué se producen los prejuicios?
No hay una respuesta clara sobre por qué existen los prejuicios y la realidad es que entran en juego varios factores. Según el psicólogo Gordon Allport, los prejuicios y los estereotipos surgen en parte como resultado del pensamiento humano normal. Para dar sentido al mundo que nos rodea, es importante clasificar la información en categorías mentales.
«La mente humana debe pensar con la ayuda de categorías», explicaba Allport en su libro The Nature of Prejudice. «Una vez formadas, las categorías son la base del prejuicio normal. No podemos evitar este proceso. La vida ordenada depende de él».
En otras palabras, a menudo dependemos de nuestra capacidad para clasificar a las personas, las ideas y los objetos en diferentes categorías para que el mundo sea más fácil de entender.
Simplemente estamos inundados de demasiada información como para clasificarla de forma lógica, metódica y racional. Desgraciadamente, esta rápida categorización conduce a suposiciones erróneas que repercuten en las personas y en el mundo en general.
Lucha contra los prejuicios
Aunque en algunos casos los prejuicios son flagrantes -se convierten en auténticos «-ismos»-, a menudo pueden producirse sin que nos demos cuenta. Ya sean creencias profundamente arraigadas, enseñadas o un prejuicio implícito, es importante luchar contra nuestros propios prejuicios que tenemos contra los demás.
Una de las primeras formas de hacerlo es comprender y aceptar que esto ocurre. Si eres consciente de tu propia tendencia natural a ser parcial (y es algo que todos experimentamos de forma consciente o no), podrás pillarte más fácilmente «en el acto» y autocorregirte.
Cómo reconocer y corregir tus prejuicios
Cuando te des cuenta de que estás prejuzgando a otra persona, intenta hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Por qué tengo este pensamiento?
- ¿Qué pruebas tengo de que mi juicio sobre esta persona o grupo en particular es correcto?
- ¿Qué es lo que no sé de esta persona o grupo?
- ¿Es posible que esté siendo parcial?
Además de estudiar las razones por las que se producen los prejuicios, los investigadores también han explorado diferentes formas de reducirlos o incluso eliminarlos. Por ejemplo, dotarse de las habilidades necesarias para ser más empático con los miembros de otro grupo es un método que ha demostrado un éxito considerable.
Por ejemplo, el simple hecho de imaginarse en los mismos «zapatos» que la otra persona puede humanizarla para ti. En ese momento, ya no es un miembro cualquiera de un grupo diferente al tuyo (que quizá no comprendas del todo).
En cambio, se convierten en un ser más complejo a tus ojos: alguien con una madre y un padre, un hermano, un amigo de los demás, un compañero de trabajo, una pareja romántica. Alguien con intereses únicos, la capacidad de amar, llorar y sentir.
Otras técnicas que se utilizan para reducir los prejuicios son:
- Pensar en el hecho de que los demás probablemente tengan prejuicios contra ti y con lo que se siente al ser prejuzgado por algo tan simple como tu color de piel, religión, sexo o edad.
- Educarse sobre otros grupos, lo que incluye aprender sobre los estereotipos comunes contra ellos
- Pasar más tiempo con miembros de otros grupos
- Mantener conversaciones abiertas sobre la tendencia humana a practicar los prejuicios
- Abogar por leyes y reglamentos que exijan un trato justo e igualitario para todos los grupos de personas
En Bien de Mente tenemos como principal objetivo acercarte información sobre una gran variedad de temas, muchos de ellos tabú, para poder entender mejor en qué situaciones puede encontrarse nuestro hermano, amigo, vecino o compañero de trabajo. Conociendo las situaciones que afligen a los que nos rodean podemos ser capaces de comprenderlos y ayudarles mejor.